domingo, 11 de diciembre de 2011

La ARMH teme que el AVE afecte a las fosas de Estépar y medita hacer prospecciones

Polémica / Un futuro que puede afectar al pasado
Diario de Burgos.
R.P.B./H.J./ Estépar - domingo, 11 de diciembre de 2011

Estépar es el Santo Grial de la memoria histórica en la provincia de Burgos; es el gran símbolo, el lugar venerado por los familiares de muchas de las víctimas de la represión. Se sabe por testimonios tanto escritos como orales que los montes cercanos a esta localidad fueron durante los meses inmediatos a la sublevación militar de julio de 1936 el destino de cientos de personas condenadas a muerte por la vesania de los sublevados contra el República. Son muchas las cifras que se barajan en torno a las fosas comunes de Estépar. Algunos historiadores llegan a situar en cerca de un millar el número de personas que podrían estar enterradas bajo el humus de la tierra.
Pero existe un problema: no se sabe cuántas fosas hay ni, lo que complica aún más todo, dónde se hallan exactamente. Al menos todas. Miembros de la Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica creen tener localizadas, merced a testigos presenciales que recuerdan dónde se detenían los camiones que procedían del penal, al menos tres. Pero tienen la firme convicción de que existen más. Y de que éstas podrían estar ahora en riesgo por mor del trazado del AVE, que pasa junto al alcor en el que se ubica el monumento que recuerda a aquellos muertos y donde tradicionalmente se les rinde el tributo del recuerdo.
Ese es su temor: que las máquinas que realizan el necesario movimiento de tierras puedan destruir restos humanos, hurtando la posibilidad de poder exhumarlos un día para escribir completamente la historia. Expectativa con la que sueñan los miembros de esta coordinadora provincial y que podría estar cerca, al menos en unos primeros pasos. Quizás la amenaza de esa gran infraestructura sea la piedra de toque. La presidenta de la coordinadora provincial, Lourdes Sastre, ha manifestado que la asociación está estudiando la posibilidad de realizar prospecciones geofísicas con georradar, sistema previo a una cata que permitiría saber dónde se han producido alteraciones en el terreno que no son naturales. En esta ocasión, si prosperan esas intenciones, cuentan con el apoyo municipal.
El alcalde de Estépar, el socialista Jaime Martínez, ha manifestado a este periódico que si la ARMH decide realizar prospecciones, catas y exhumaciones contará con las autorizaciones pertinentes. «No pondremos trabas. Daremos todas las facilidades que estén en nuestra mano», señaló Martínez, si bien se aprestó a confirmar que este apoyo no podría ser financiero dada la actual situación económica. Y dinero es precisamente lo más importante a la hora de una exhumación, ya que a las tareas de excavación se une la de identificación de los restos.
estudios. Alertado ante la posibilidad de que sus obras puedan afectar a las fosas, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) recuerda el procedimiento habitual en estos casos. Como en el resto de la traza, una infraestructura de este calibre lleva aparejado un estudio arqueológico. En el momento en que surge cualquier descubrimiento que los expertos puedan considerar interesante (sean restos humanos o materiales) el avance de las máquinas debe parar y proceder a su estudio. Así se han descubierto y catalogado, por ejemplo, varios asentamientos de la época romana en el valle del Arlanzón.
Pero en el caso de Estépar, la zona más cercana al monolito de las víctimas de los fusilamientos «está desbrozada e iniciada la excavación de los desmontes, sin que el equipo de arqueología que realiza el seguimiento de estos trabajos haya advertido la presencia de algún tipo de resto de cualquier origen», sostienen las fuentes del organismo ministerial. Los responsables de la obra no tienen «en este momento ningún indicio sobre la presencia de restos en dicha área», insiste el ADIF, que recuerda que el entorno pertenece al término municipal de Cavia y «atraviesa zona dedicada a cultivo de cereal, llana y alejada de los núcleos urbanos mas próximos».

martes, 27 de septiembre de 2011

Poemas del hijo de un fusilado

POEMAS DEL EXILIADO MEDINÉS GREGORIO GALLAGA


Los hijos del capador

Están llegando a Medina

los hijos del capador.

Cincuenta años que se fueron,

cincuenta años ¡Vive Dios ¡

a su padre lo mataron,

conocen su ejecutor,

pero quieren enterarse

quienes o quien ordenó

que le quitaran la vida

a un hombre, todo un señor,

católico practicante,

republicano de honor,

con seis hijos por criar,

una esposa todo amor,

y las esperanzas puestas

en una España mejor,

donde no hubiera distingos

de clase, credo o color,

mucha justicia social

y anhelos de redención

Exiliados en Las Merindades

Medina pueblo traidor

Cincuenta años hace yá

en éste bonito pueblo

que es Medina de Pomar,

un grupo de hijos de puta

civiles la mayoría,

otros vistiendo sotana

y uniforme los demás,

de manera ignominiosa

mandaron asesinar

en una forma brutal

a Gregorio el capador

y a su entrañable amigo

Elicio López-Quintana,

ambos de noble historial.

El primero era mi padre

honrado a carta cabal,

cristiano por convicción

de tendencia liberal ;

el otro era un caballero

hombre de gran calidad,

hizo favores sin tasa,

también era liberal.

Y la mano ejecutora

un asesino vulgar,

Cadaví fue su apellido,

falangista criminal,

maldita sea su rasa,

en el infierno estará.

A los promotores, muchos

de los que no viven yá,

les deseo lo peor

allá en la eternidad;

y los que viven aún

su crimen han de pagar,

malditos sean aquí,

también en el más alla.

Medina, pueblo traidor

de gente sin lealtad,

nadie levantó la voz,

nadie osó protestar

a pesar de que sabían

que los iban a matar.

(1986)

viernes, 5 de agosto de 2011

Otras fosas de la región

El Foro por la Memoria identifica los restos de Rufino Balbás en una tumba común

diariodeburgos.es 01/08/2011

El secretario del Ayuntamiento desapareció el 20 de agosto de 1936 y gracias a los testimonios de su hija se encontró el lugar en el que fue enterrado, la cueva de Humarraña


El Instituto Nacional de Toxicología ha certificado que los restos de uno de los individuos encontrados en 2009 en la cueva de Humarraña (Montija) por la Asociación Foro por la Memoria son de Rufino Balbás, secretario del Ayuntamiento de Manzanedo y militante de Izquierda Republicana. El hombre desapareció en agosto de 1936 tras el triunfo del golpe militar franquista en Burgos.
El 23 de mayo de 2009, esta asociación inició los trabajos arqueológicos de acometida de una fosa común en el término municipal de La Merindad de Montija (Burgos) identificada dentro de la cueva de Humarraña, cerca del lugar conocido como El Crucero. Entre otras personas, se buscaban los restos de Rufino Balbás Alonso, desaparecido entorno al 20 de agosto de 1936 y, presumiblemente, muerto y enterrado ilegalmente en el citado lugar, según testimonio de Rufina Balbás Ayuso, hija del desaparecido y que en aquellas fechas contaba con 16 años de edad.
Previamente, en el mes de octubre anterior, los abogados de la asociación interpusieron denuncia por desaparición en el cuartel de la Guardia Civil y en los juzgados de Villarcayo, que decidió precintar la zona para que pudieran terminar así con los trabajos de recuperación por parte de los arqueólogos y antropólogos forenses una vez comunicado la aparición de los primeros restos en la galería norte de la cueva.
Fue precisamente el juez de primera instancia juzgado nº 2 de Villarcayo quien se encargó de retirar los restos de la fosa común el 2 de junio de 2010 y remitirlos al Instituto de Medicina Legal de Burgos que, a su vez, los remite al departamento de Madrid del Instituto Nacional de Toxicología, donde se realizaron las diversas pruebas y al que acude Rufina Balbás el 28 de junio pasado para someterse a las pruebas de paternidad y que el informe final certifica como su padre.
En esta ocasión, se ha conseguido, en cierta medida, mantener el proceso de judicialización de la apertura de fosas comunes y de los enterramientos ilegales que existen en España a consecuencia de la Guerra Civil, que la Asociación Foro de la Memoria defiende, y tal y como requieren los acuerdos internacionales sobre la investigación de desapariciones forzosas. En opinión de la asociación, debe continuar la lucha contra «la impunidad de estos crímenes».

miércoles, 3 de agosto de 2011

Problemas comunes en toda España

MEMORIA HISTÓRICA | Las excavaciones, a medias

Fosas pendientes 75 años después

Eduardo del Campo | Sevilla
www.elmundo.es

En una habitación minúscula de la pequeña sala de autopsia del cementerio de La Puebla de Cazalla se apilan, etiquetados y metidos en cajones de plástico, los huesos de 59 hombres y mujeres fusilados por los golpistas hace 75 años y enterrados en una fosa común en el otro extremo del camposanto.

Mari Carmen no sabe si los huesos de su abuelo están en alguna de las 59 cajas o yacen aún bajo la tierra a cuatro metros de profundidad junto a los alrededor de otros ciento y pico fusilados que todavía no han podido exhumar por falta de ayuda económica.

Esa falta de un apoyo del Estado ha hecho que todas las fosas comunes donde se habían iniciado en los últimos años los trabajos de exhumación en la provincia de Sevilla lleven un año paralizados, obligando de nuevo a taparlas hasta que haya dinero para contratar arqueólogos y antropólogos forenses para la próxima campaña. Los casos de La Puebla de Cazalla, Gerena y Cazalla de la Sierra se repiten por toda Andalucía.

Han pasado 75 años y tienen la sensación cansada de que todavía quedan unos cuantos más para que se ponga nombre a los huesos. Si aún no han recuperado todos los restos, más lejos aún quedan las pruebas de ADN a los familiares.

Las asociaciones están estos días presentando las solicitudes para las nuevas convocatorias de ayudas para exhumaciones y trabajos relacionados que conceden el Ministerio de la Presidencia y la Junta, pero Rafael López, presidente de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía, impulsora de la exhumación de la fosa común en el cementerio de Cazalla de la Sierra, donde enterraron a unos trescientos asesinados republicanos de la Sierra Norte, critica que la solución no es dar subvenciones exiguas para hacer excavaciones a trancas y barrancas, sino que el Estado asuma el proceso.

En Cazalla de la Sierra sacaron los restos de 80 personas hasta que se les acabó la ayuda de 54.000 euros y el pasado otoño tuvieron que cerrar la fosa abierta para que no se estropeara con las lluvias. Desde entonces no han podido avanzar. Si les conceden la ayuda de 60.000 euros que han pedido, podrían volver a reabrirla la próxima primavera.

En el cementerio de Gerena, tras un año de trabajos, encontraron en febrero de 2010 la fosa donde un anciano, que había visto el crimen siendo un niño de ocho años oculto en un olivo, dijo que habían enterrado a 17 mujeres de Guillena asesinadas por los golpistas en el verano de 1936. Agotados los 8.000 euros, tuvieron que suspender la exhumación.

lunes, 18 de julio de 2011

Especial Sobre la Guerra Civil en www.elmundo.es

¿Reabrir heridas?

El Mundo.es 18/07/2011


Hace una década se iniciaron las exhumaciones para
entregar a los familiares los restos de sus seres queridos
muertos en la Guerra Civil. Ya se han abierto 270 fosas

por Virginia Hernández

Cuando Francisco Etxeberria, el médico forense que está detrás de la mayoría de las exhumaciones relacionadas con la Guerra Civil, se encuentra con las decenas de voluntarios jóvenes que acuden a ayudar en las fosas, les dice siempre lo mismo: que hay que implicarse mucho más en todo lo que tenga que ver con la vulneración de los derechos humanos. «Hoy se repiten casos similares a los ocurridos en el pasado: las tragedias nos sirven para reconocernos hoy y para tener otras actitudes ante la vida». Sobre este asunto, para él «no hay distancia geográfica ni cronológica». Debe importar lo que ocurre a miles de kilómetros o lo que pasó hace más de 70 años.

Mantenemos una conversación telefónica mientras él está en una fosa llamada La Legua, situada en la comarca de Aranda de Duero (Burgos). Tiene 30 metros de largo y alberga los restos de más de 50 personas, la mayoría ferroviarios. La Legua se suma a las 270 fosas de toda España abiertas en los últimos 10 años, sólo dos de ellas del bando nacional (una en Villasana de Mena, en la provincia de Burgos, y otra en Camuñas, en Toledo). «Yo prefiero decir 'lado' a 'bando'. Yo mismo he dirigido esas exhumaciones y hemos utilizado el mismo procedimiento y metodología. Hemos tenido alguna crítica, pero nosotros trabajamos en las fosas que se nos solicita. Lo cierto es que en el lado nacional todo el esfuerzo se hizo durante el régimen de Franco. Se redactaron, además, informes oficiales sobre estos cadáveres». Y Francisco ha visto la misma reacción en todos los familiares, sean del 'lado' que sean: «Con nosotros, todos se muestran agradecidísimos; y en cuanto a los sentimientos, también son iguales. Es la tragedia que uno ha vivido y, aunque haya tenido mayor o menor apoyo, para todos es una injusticia. Les pasa la misma idea por la cabeza: 'Cómo habría sido mi vida si esto no hubiera pasado'».

Algo así se planteó Emilio Silva, presidente y fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuando decidió dejar su empleo en una revista (antes había trabajado en el programa 'Caiga quien caiga') y escribir una novela sobre su abuelo. Emilio Silva Faba, que así se llamaba, había vivido en Argentina y regentaba un negocio de Coloniales en la comarca leonesa del Bierzo (vendía desde vajillas hasta lotería e incluso daba comidas). Era un hombre culto, con recursos y que militaba en la Izquierda Republicana de Manuel Azaña. Había sido interventor de este partido y bajo sus siglas había pedido una escuela pública y laica. La Falange le exigía regularmente un impuesto y en uno de los pagos le detuvieron y le encerraron en el Ayuntamiento, que hacía las veces de prisión.

Era marzo de 1937. Su mujer, Modesta Santín, va con uno de sus seis hijos a llevarle comida y ropa limpia, pero sólo dejan pasar al niño, a Manolo, que apenas tiene seis años. El crío sale con el reloj de oro y con un sello con las iniciales de su padre. Modesta se teme lo peor y acierta con lo que está a punto de pasar: a su marido le trasladan junto a otros tres en una furgoneta a 30 kilómetros del pueblo. Les custodian cuatro miembros del partido de José Antonio. Dos de los detenidos tratan de huir. Uno muere alcanzado por las ráfagas de disparos y el otro consigue escapar. Seis meses más tarde le matarán, pero en ese transcurso de tiempo contacta con Modesta y le cuenta los detalles: «Pero mi abuela jamás dijo nada, yo pasaba temporadas con ella y nunca le oí hablar de mi abuelo. Los asesinos de su marido fueron los que gobernaron el pueblo. Ella, metafóricamente, tuvo que cavarse una fosa en la memoria».

Modesta falleció sin abrir ni la fosa de su memoria ni la que albergaba los restos de su marido. Su nieto Emilio lo hizo en su honor, quería que los restos de sus abuelos reposaran juntos. La supuesta novela, aquella con la que se inició todo, nunca se escribió y los avatares le llevaron a poder cumplir su deseo, como se pudieron satisfacer los de muchos que se unieron a la misma empresa: «Una de las únicas formas de superar el pasado es volver a él y darle un significado», asegura Silva, quien piensa que nuestra sociedad ha sido «extremadamente patológica» en esta cuestión. ¿Y ha hablado con las víctimas de la otra parte? «Tampoco mucho, porque en la posguerra se abrieron prácticamente todas sus fosas, salvo las que sus familiares no quisieron, como las de Paracuellos. Ellos tuvieron una investigación que fue la Causa General (1940) y que significó toda una política de reparación. Ojalá existiera ahora algo así».

Con ese anhelo también expresa su disconformidad con la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007: «La Ley no se responsabiliza de los problemas de los desaparecidos, en su mismo preámbulo dice que esta memoria es personal y familiar, lo que me parece condenarla a la clandestinidad. La desaparición forzada es lo más grave que existe en el Código Penal: conlleva secuestro, torturas, asesinato y ocultación de cadáver. Son cuatro delitos que no prescriben. Nosotros querríamos que la exhumación, la identificación y la entrega de restos a los familiares como algo simbólico fuera responsabilidad del Estado», reivindica Silva.

Junto a la fosa de La Legua, Etxeberria, el forense, ve una mejora con la norma: la financiación es algo más fácil. Y otro avance mucho mayor: la normalización de estos trabajos, es decir, que ya nadie se asuste por despertar con las excavadoras a los viejos fantasmas: «Años atrás todo parecía un problema, siempre había algún disgusto, alguna pega. Esto ya no pasa, todo funciona con calma. Los concejales de los pueblos, sean del partido que sean, te dan las facilidades. Y esto se agradece porque para nosotros es una forma ideal de trabajar». El resultado de la labor es, según su opinión, tranquilidad para las familias y cierre de heridas para el país: «Los antropólogos sociales se han fijado en cómo los medios de comunicación publican estas noticias y ya han medido cómo no se ha reabierto ninguna herida en la sociedad española. Y cuando los restos se han entregado en los ayuntamientos, en vez de un laboratorio, ha tenido un peso enorme para las familias, y ha simbolizado un valor cívico, humano y democrático».

Emilio Silva lo vivió con su abuelo y con los abuelos de otros (ha tenido que llegar la generación de los nietos para retomarlo): «Antes se hablaba con las ventanas cerradas, todos sabían las historias e incluso dónde estaban las fosas. Cuando se abren, se abren muchas más cosas y es una cuestión infinitamente terapeútica». Como fue para Ester Montoto, una mujer que perdió a su padre con dos años y esperó durante mucho tiempo a que llamara a la puerta. Vivió en La Habana. Ahora reside en Austin (Texas). Tuvo la necesidad de estar en la exhumación a pesar de la edad y el largo viaje: «Los seres humanos tienen la necesidad de ver los cadáveres de sus seres queridos para elaborar su duelo, porque si no les genera un desorden biográfico y emocional».

¿Reconciliación? «Absolutamente», contesta el forense, Francisco Etxeberria. «En los homenajes ves a personas de uno y otro bando porque son amigos o vecinos. Y a veces dicen cosas como 'te quería decir que tu madre tuvo mucho mérito por sacaros a todos adelante'. Frases como esa tienen hoy una fuerza inmensa».

sábado, 7 de mayo de 2011

¿ Porqué no la exhumación 45?

Diario de Burgos.06-05-2011.

Merindad de Montija / Guerra civil

Loma de Montija, la exhumación nº 41

Entre las 41 fosas comunes de la Guerra Civil documentadas por el Ministerio de Justicia en Burgos, la última, con 24 cuerpos, fue exhumada entre los pasados días 24 y 28 de abril

El 5 de abril se localizó la fosa no 42 de la provincia en el Alto de la Mazorra. Este fin se semana será exhumada.

R. Valdivielso
A. Castellanos / Loma
El Ministerio de Justicia publicó ayer la lista de todas las fosas comunes localizadas en España, un pedazo desgarrador de nuestra historia. En Burgos contabiliza un total de 41, de las que 9 fueron exhumadas en la etapa franquista y los cuerpos llevados al Valle de los Caídos. Entre todas ellas, la última exhumación de cuerpos atrapados por el olvido se realizó entre los pasados días 24 y 28 de abril en Loma de Montija. Los expertos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dirigidos por su presidente Paco Etxeberria, sacaron 24 cuerpos, 16 de ellos de vecinos de Gayangos.
Según los relatos de los familiares tomados por Etxeberria y su equipo, «los ocho restantes fueron detenidos en pueblos próximos en las mismas fechas y trasladados al calabozo en Espinosa de los Monteros». Allí se perdió su pista hasta ahora, en que una agrupación de familiares arropada por la Ley de la Memoria Histórica y el apoyo económico del Gobierno los ha buscado. Entre ellos se hallaba Gaspar Pereda González, «un labrador, un hombre del pueblo, de izquierdas».
La ubicación de la fosa fue fácil de hallar, porque uno de los que iba a ser fusilado en aquel lugar sobrevivió y pudo llegar al pueblo y contar lo sucedido. Más de la mitad de sus esqueletos tenía las manos atadas a la espalda. Y si desgarradora es la historia, más aún hechos como el sucedido al hijo y la esposa de uno de los fallecidos, «que un año después, cuando fueron a depositar un ramo de flores junto a la fosa, fueron apedreados por los vecinos», cuenta Etxeberria. Aquel niño tenía 11 años.
Su vivencia está unida a la de la fosa número 41, la última en ser exhumada y la última en ser contabilizada por el Ministerio de Justicia, pero este fin de semana, la Sociedad de Ciencias Aranzadi trabaja en la exhumación de entre 10 y 12 cuerpos en la que sería la fosa número 42 de Burgos, ubicada en el Alto de la Mazorra, en la Merindad de Valdivielso. DB contó su historia el pasado 6 de abril cuando se realizó la localización del enclave, donde yace Agapito Pereda, vecino de Quisicedo, y que el azar quiso que compartiera apellido con su homólogo en la fosa de Loma de Montija.
Además, Paco Etxeberria anuncia que su equipo ha contactado ya con los familiares de otras dos fosas ubicadas en Espinosa de los Monteros en el entorno del Monte Edilla, muy cerca del albergue juvenil. Una vez que las familias logren las ayudas económicas necesarias, «muy posiblemente el próximo año comencemos los trabajos de exhumación», explica.
Serán la 43 y 44, si antes no se localizan otras en el resto de la provincia. En el conjunto de Burgos, el antropólogo destaca la cantidad de fosas de la Ribera del Duero, «porque las represalias fueron mayores con los jornaleros sindicados, sobre todo, en zonas de vendimia como ésta». Adrada de Haza (2), Aranda de Duero (3), Berlangas de Rosa (1), La Horra (1), Milagros (1), Olmedillo de Roa (1), Vadocondes (2) y Villalba de Duero (4) son las poblaciones del sur de la provincia donde se han exhumado fosas.
En Las Merindades destaca la fosa del cementerio de Valdenoceda, con 151 cuerpos de presos del penal de la localidad, aunque también se hallaron en el Alfoz de Bricia, Villarcayo, Espinosa y Villasana de Mena, cuatro fosas de represaliados del bando franquista. En el resto de la provincia se reparten por Altable, Arenillas de Río de Pisuerga, Briviesca, Carcedo de Bureba, Covarrubias, Espinosa de Cervera, Quintanilla de la Mata, Rabanera del Pinar, San Juan del Monte, Sargentes de la Lora, Tubilla del Agua, Valle de Sedano, Villafranca Montes de Oca y Villamayor de los Montes

Publicado mapa de fosas

Se ha publicado un mapa de fosas por parte del Ministerio de Justicia, podéis acceder pinchando en la siguiente imagen:



Me pregunto en nombre propio y creo que tambien en el del resto de los familiares de las personas "desaparecidas" en el monte estepar, ¿Donde está la fosa de Estepar?¿Como es posible que una de las fosas con mas personas no haya sido incluida en el mapa?

Ruego a todos los familiares que manden un escrito a través del siguiente enlace, facilitado por el propio Ministerio de Justicia para que manden los datos de sus familiares a ver si así, deciden incluirla, que digo yo, que esto no es un concurso ni nada parecida, sino información objetiva que me cuesta entender que no posean.

http://mapadefosas.mjusticia.es/exovi_externo/CargarBuzonInformacion.htm

Animo a todos los familiares y sigamos luchando por un entierro digno de cuantas personas esten en las fosas de España, independientemente y en contra de muchas opiniones interesadas, del bando en el que estuvieran.

Fdo.Administrador.